viernes, 7 de abril de 2017

Dos diluvios: la mitología babilónica y los relatos bíblicos

Los estudiosos de la mitología universal están en un debate constante por las similitudes halladas en las civilizaciones sumeria, babilónica y hebrea en sus distintos tipos de culto.


La mitología babilónica


Arthur Cotterell en su libro “Enciclopedia de mitología universal” plantea sobre el origen babilónico lo siguiente:
  • A comienzos del segundo milenio a.C., algunas tribus amoritas de habla semítica se establecieron en el sur de Siria y en la región de la cuenca media del Éufrates y construyeron un estado bajo el mando de Hammurabi, que hizo de la ciudad de Babilonia su capital (siglo XVIII a.C.).

Cabe señalar que la mitología babilónica tiene sus bases en una mucho más antigua, ella es la sumeria, es preciso indicar que ambas pertenecen a la región del antiguo Oriente Próximo.

La comprensión del antiguo Oriente Próximo en el libro de Arthur Cotterell indica que:
  • Antiguo Oriente Próximo es un término que tiene significado tanto geográfico como histórico. La región comprende el Asia occidental desde las orillas orientales del Mediterráneo hasta la meseta iraní. El confín norte de la región lo marcan el mar Negro y la cordillera caucásica: la frontera sur, el desierto de Arabia y el Golfo Pérsico.

Las fuentes literarias para la comprensión del antiguo Oriente Próximo datan del año 2600 a.C., ellas se encuentran codificadas en escritura cuneiforme y en lengua sumeria.

La mitología bíblica



Las bases del culto bíblico se encuentran arraigadas en la civilización hebrea, ésta a su vez tomó inspiración de la babilónica y por ende a la sumeria de forma indirecta. El comienzo del culto bíblico explicado por Arthur Cotterell en su libro, descifra lo siguiente:
  • Las tradiciones sagradas del pueblo hebreo, compiladas en la Torah y en los libros proféticos, contienen varias referencias a dioses y a formas de culto de pueblos vecinos de Israel, como los canaanitas, los edomitas, los ammonitas y los moabitas, así como de Babilonia y Asiria. Hay también elementos mitológicos que toman prestados motivos de otras culturas del antiguo Oriente Próximo y los reelaboran.

Habiendo quedado explicado los orígenes de la mitología bíblica, podemos pasar ahora a ver uno de las narraciones más importantes de la biblia, ella es el diluvio universal.

El diluvio según la biblia



A continuación se presenta una breve interpretación del diluvio que puede ser leído por completo en la biblia:

Dios comprueba que la humanidad sólo alberga maldad en su mente y se arrepiente de haberla creado. Decide borrarla de la faz de la tierra, junto con todos los animales. Sólo Noé obtiene la gracia divina, porque no ha cometido faltas. Dios habla a Noé y le advierte que va a destruirlo todo. Le ordena que con madera de pino construya un arca, una nave en forma de caja. Le ordena también calafatearla con betún y construir en ella varios compartimientos, porque va a enviar un diluvio devastador, que destruirá todo cuanto hay sobre la tierra. Noé tomará a su esposa, a sus hijos, una pareja de cada animal y alimento suficiente para todos. Noé sigue al pie de la letra lo ordenado. A continuación se abren todas las fuentes del interior de la tierra, llueve durante 40 días y 40 noches, las aguas cubren la tierra y  elevan la embarcación de Noé. Con el diluvio muere todo cuanto hay en la tierra. Pasado algún tiempo, Dios se acuerda de Noé y de todos los animales del arca. Ciega las fuentes del interior de la tierra y las ventanas del cielo, y cesa la lluvia, de modo que las aguas se retiran paulatinamente.

Al cabo de 40 días, Noé libera una paloma, pero no encuentra lugar donde posarse y regresa al arca. Siete días después, la vuelve a enviar, pero esta vez regresa con una rama de olivo en el pico. Espera una semana más y, cuando deja salir nuevamente al ave, ya no regresa. Noé comprueba que la tierra está de nuevo seca, y Dios le dice que salga del arca, con su esposa y sus hijos y todos los animales. Noé erige un altar y, trayendo algunos animales puros y aves, los sacrifica a Dios, que percibe la dulce fragancia y determina no volver a maldecir la tierra por culpa del hombre, puesto que la maldad anida en el corazón del hombre. Bendice a Noé y a sus hijos y dispone que en adelante los animales vivan con temor de los seres humanos, y como señal de este pacto coloca el arco iris en el cielo.

El diluvio según la mitología babilónica: Atra-hasis



El mito babilónico sobre el diluvio tiene antecedentes sumerios, que sólo son conocidos a partir de textos fragmentados que se refieren al héroe de estos sucesos, llamado Ziusudra, quien se salva del gran diluvio, guiado por los dioses siguiendo indicaciones secretas de Enki:

La versión babilónica empieza en tiempos en que los dioses menores están obligados a trabajar duramente para los dioses mayores, lo que al final da pie a una rebelión. Enki se ofrece a poner remedio al asunto y le pide a la reina madre que cree a un hombre que ha de “llevar el yugo”. Enlil dispone que maten a un dios y que su carne se mezcle con arcilla. Crea así siete parejas humanas y dicta leyes para regular la procreación. En lo sucesivo, será tarea de la humanidad el procrear y trabajar para los dioses. Sin embargo, pasado algún tiempo, la humanidad llena el cielo y la tierra de griterío y ruido y altera la paz de los dioses. Enlil intenta poner término a ello enviando en primer lugar una plaga y después una hambruna para diezmar la población. Sus planes quedan frustrados por Enki, que advierte a Atra-hasis (“el sabio por excelencia”) para afrontar la amenaza con medios pertinentes, como hacer ofrendas a los dioses de la salud y del grano. Enlil está indignado por el fracaso de sus medidas y decide lanzar un diluvio devastador para erradicar a la humanidad de una vez por todas. Obliga a los dioses a jurar fidelidad, pero Enki nuevamente  vende su plan a Atra-hasis; para ello, se le aparece en un sueño donde habla a una pared de juncos. Le dice a Atra-hasis que construya un navío y embarque en él a su familia  y a varias especies animales. Cuando remita el diluvio, quedarán a salvo en la barca, mientras que los demás perecerán ahogados.

Los dioses se ven en grandes apuros, especialmente la diosa madre, que lamenta el sino de sus criaturas. Cuando cede el diluvio y Atra-hasis hace su primer sacrificio, Enlil está furioso, porque aquél ha estado intrigando de nuevo. Sin embargo, Enki hace notar que los dioses confían en la ayuda de la humanidad y que Enlil ha ido demasiado lejos. Le dice que refrene su ira y castigue a quienes lo merezcan, mientras que él mismo actuará para limitar la población. Enki dispone que existan mujeres estériles, categorías especiales de sacerdotisas sin descendencia, y regula la mortalidad infantil, personificada en un demonio raptor de niños. A Atra-hasis. Como al héroe del diluvio sumerio Ziusudra, se le concede vida eterna.

Tablilla once de la edición de Gilgamesh: la historia del diluvio de Nínive


La tablilla sobre el diluvio de la epopeya de Gilgamesh, escrita en acadio (Museo Británico).
El acontecimiento babilónico del diluvio cuenta con una segunda versión, en él se encuentran mayores similitudes con la historia del diluvio bíblico. Esta narración es relatada a Gilgamesh por el héroe del diluvio Utnapishtim:

Utnapishtim es un habitante de la ciudad babilónica de Shurrupak. Recibe un mensaje del dios Ea (a través de un muro de ladrillos) según el cual está a punto de desencadenarse un diluvio. Ea le indica que construya una barca, le da las medidas exactas y le advierte que comunique  a sus curiosos conciudadanos que se está preparando para vivir con Ea en su morada acuática del interior de la tierra. Cuando el navío está listo, embarca a su familia y también carga en él plata y oro y todas las especies de criaturas vivientes. En el momento convenido, los diques se rompen, suben las aguas subterráneas y empieza a llover. La tormenta es tan violenta que incluso los dioses “se encogen como perros”.

Al séptimo día, el diluvio remite y, cuando Utnapishtim mira afuera por una rendija, se da cuenta de que el barco ha encallado. Suelta una paloma, pero al no encontrar ningún lugar donde posarse regresa al navio. Una golondrina no tiene más suerte. De modo que al final suelta a un cuervo, que come y vuela, pero no retorna a la barca. Utnapishtim desembarca con su familia y realiza un sacrificio, haciendo libaciones y quemando incienso.

“Los dioses, al percibir el dulce aroma, acuden como moscas en torno al sacerdote y su ofrenda”. La diosa madre llega, afligida por la aniquilación de sus criaturas y  jurando que nunca olvidará lo sucedido. Culpa a Enlil de la casi total erradicación de la humanidad. Aunque Enlil está furioso porque una familia humana ha conseguido escapar al diluvio, Ea aplaca su ira y confiesa que ha sido él quien instruyó a Utnapishtim para que escapase. Enlil, ya más tranquilo, bendice al héroe del diluvio y a su esposa y les concede vida eterna.

Conclusión



Las tres narraciones muestran claras similitudes y más en la narración del diluvio de Nínive con el diluvio bíblico, es irrefutable tratar de ir en contra de tales evidencias. Se debe advertir que las comparaciones realizadas de la mitología babilónica con la biblia, no buscan desvirtuar su contenido ni a la religión judía o la judeocristiana. Dejando en claro que la comprensión de una creencia o dogma religioso va más allá de comprenderlas con apoyo de un análisis de lógica o exámenes científicos. Sin embargo, jamás debe anularse la inteligencia primordial habida en toda persona con la que se apoye para comprender distintas cuestiones o sucesos dudosos que le hagan estar en desacuerdo con ellas.

Fuente

La presente publicación se escribió en base al libro de Arthur Cotterell titulado "Enciclopedia de mitología universal" del cual se tomaron fragmentos de su información.

Ficha: Arthur Cotterell. (2004). Enciclopedia de mitología universal. España: Parragon

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